Catedral Saint-Louis des Invalides

En 1676, el ministro de la Guerra Louvois confía al joven arquitecto Jules Hardouin-Mansart la construcción de la iglesia que Libéral Bruant no ha sabido llevar a cabo.
El arquitecto concibe un edificio grandioso pero harmonioso, que, desde el principio, se desdobla en iglesia real (el Domo des Invalides) e iglesia de los soldados. Así Luis XIV y sus soldados pueden, durante una visita real a los Invalides, oír misa simultáneamente, pero acceder al lugar de culto por dos entradas diferentes, como lo exige la etiqueta.

Esta bipartición se refuerza en el siglo XIX con la edificación de la tumba de Napoleón y tras ello con la edificación de una cristalera, después de 1870, entre las dos iglesias.

Esta, que se abre sobre el patio de Armas, es de un clasicismo sencillo, incluso austero. El mueble del órgano fue realizado entre 1679 y 1687 por Germain Pilon, ebanista ordinario de los Edificios del Rey.

La iglesia de los soldados presenta un centenar de trofeos tomados del enemigo, los cuales jalonan la historia del ejército francés de 1805 al siglo XX. Testigos de una tradición secular, estos trofeos están colgados en la bóveda de la catedral de Notre-Dame de París hasta le revolución. Los que escaparon a la destrucción fueron transferidos a los Invalides a partir de 1793. El hotel recibió entonces la misión de conservar emblemas y trofeos de Francia. Cerca de 1500 trofeos fueron quemados por el gobernador en el patio des Invalides en 1814 para no verlos caer en manos del enemigo vencedor.

Dedicada a Saint-Louis y consagrada a la Santa Trinidad, la iglesia está ligada administrativamente al museo del Ejército desde su creación en 1905. Es hoy en día la catedral a los ejércitos franceses.